viernes, 28 de junio de 2013

Cumpleaños de Alan.

28/06/1967

Hoy ha sido el cumpleaños de mi hermano Alan, ha cumplido 15 años. Es un buen chico, muy obediente y hace caso de lo que se le dice. Aunque yo no tengo tiempo de vez en cuando me gusta echar unas canastas con él Y jugar al Rugby, pateando la pelota. Siempre quiere venirse conmigo a los sitios. Una día vino con la barbilla rasgada se había caído. Eso fue lo que les dijo a mis padres. Pero por la noche entró en mi cuarto y me contó que le había empujado Walter Rox y que no paraba de meterse con él. Aquel chico tenía 13 años pero era como uno de 17. 

Le sacaba 2 cabezas a mi hermano. Alan me preguntó que si podía ir yo a pegarle. Pero yo le dije que esa no era la solución, que si alguien le pegaba, él era el que se tenía que defender.-Pero ¿que puedo hacer, si pesa y mide el doble que yo? me preguntó.

Yo le respondí:-Tienes que zurrarle, lo mejor es pegarle una patada en las pelotas. Como cuando le das al balón de rugby igual, pero más fuerte. A los dos días llamó a mi casa la madre de Walter. Venía con su hijo, él estaba llorando. Su madre decía que Alan le había pateado las pelotas. Mi madre no se lo podía creer, ¿Alan? ¿mi pequeño Alan?. -Sí, ¡tu pequeño Alan es un gamberro!. Mi madre se disculpó con la madre de Walter, pero Alan no fue castigado ni reprendido. Mi madre le dijo que sólo podía pegar a otro chico para defenderse, nunca pegar por pegar.

Alan lo tuvo en cuenta y solo zurraba a alguien cuando se metían con él, que raramente pasaba.

En el cumpleaños de Alan estábamos toda la familia mis tíos mi primo, mis padres,Austin y yo. Lo que es el destino este cumpleaños será la última vez que nos juntemos todos antes de irnos Cameron y yo al entrenamiento básico. Alan recibió muchos regalos de todos. Y llegó la hora de soplar las velas, todos cantamos el cumpleaños feliz. ¡Pide un deseo!. Alan pensó 3 segundos y dijo antes de soplar, -que Cameron y mi hermano Travis vuelvan a casa sanos y salvos . Mis padres y tíos nos miraron... yo me hice el fuerte y contuve mis emociones. Cameron esbozó una tímida sonrisa.

En ese momento sopló y apagó las velas, todos aplaudimos. Empezamos a comer tarta y yo me fuí al baño. Estuve llorando por las palabras que pronunció Alan. Encerrado en el baño y llorando como un niño dije -¡Oh Dios mio, que voy hacer!.

Al salir del baño y cruzar la esquina estaba mi madre, me miró, y nos abrazamos, no hubo necesidad de palabras.





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