09/01/1968
No recuerdo cuanto tiempo llevo aquí. una semana un mes, que más da. Mi vida vale menos que las ratas que pasean a sus anchas delante mía. Me han pegado por todos lados tengo un brazo roto y varias costillas dañadas. Pero que mas da. Creo que este es mi fin. Pude morir en aquel ataque tan devastador a nuestra base. Pero por alguna razón sobreviví. Gracias a esto, he sido capturado junto a dos compañeros más, que por cierto no sé su paradero, al segundo día nos separaron y nunca más supe de ellos.
Aquí me encuentro en condiciones infrahumanas, en una celda de 2 x 2, como pan y una especie de sopa una vez al día. No sé lo que le echan a esa sopa, pues conforme la trago, la cago. El hambre es muy mala, ahora la estoy sufriendo en mis carnes.
Recuerdo que al llegar aquí, no me preguntaron nada, simplemente me apalearon entre 3 o 4 sin poderme defender, me desnudaron y me dieron unos trapos sucios para ponerme. Estoy en una cárcel en medio de la nada, supongo que sigo en la provincia de Gia lay, pero eso es un suponer.
A la mañana siguiente me despertaron con un cubo de agua lleno de excrementos, se acercó a mi un oficial y me preguntó cosas en su idioma, no entendí nada. Se enfureció y me pego una patada a la altura del hígado, cerró la celda y aquí me encuentro atado de pies y manos. Todavía no he tenido acceso al exterior de esta cárcel. No he podido salir de mi celda. Oigo gritos y escucho conversaciones, pero no son americanos. En esta cárcel también hay vietnamitas encarcelados.
Sería bonito pensar que nos
están buscando, pero a estas alturas ese pensamiento es muy bonito. Sólo confío en tener una oportunidad y la aprovecharé.
No hay comentarios:
Publicar un comentario