lunes, 10 de junio de 2013

Un gran día.

10/06/1967

Ayer fué un día muy especial en la vida de un estudiante de secundaria. Se celebró la ceremonia de graduación de la clase de 1967. Después de unos meses de sacrificio y dificultades ya tienen su recompensa.

A las 5.30 PM, daba comienzo en el campo de baloncesto del instituto. Estaba lleno, no cabía ni un alma. Todos los familiares y amigos estaban allí, había una gran espectación.

Los alumnos íbamos vestidos con nuestra clásica túnica larga y oscura y nuestro sombrero cuadrado. El acto estuvo presidido por el Director Roberts, que a su vez estaba acompañado por los distintos tutores. Uno a uno fuimos llamados a recoger nuestro diploma en medio de una gran espectación.Yo estaba nervioso y emocionado. Delante mía, en la fila, se encontraba Sally, una chica de mi clase.

Es lista, graciosa, guapa y tiene una gran sonrisa. La conocía desde hace tiempo, su padre vende neumáticos a todos los talleres de la ciudad. No me había llamado la atención hasta este año. La verdad es que las chicas de un año para otro cambian mucho y Sally había cambiado mucho, pero a mejor¡ 

Pero volvamos al tema de hoy que me distraigo.

Los alumnos con gran trayectoria académica pronunciaron unas palabras a todos los allí presentes. Al igual que el señor Roberts, aprovechó para decir que ese sería su último año como director del centro. Y para terminar pronunció un breve discurso.

Dijo:

-"Hoy se gradúan nuestros alumnos y alumnas que con gran esfuerzo han conseguido sus objetivos. 1967 será un año que no olvidarán, fué el año en el que pasaron a la vida adulta y dejaron atrás la vida adolescente. Quiero destacar también que este es un año difícil para Estados Unidos, debido a la guerra que está convulsianando al país. Sé que muchos de los alumnos que se gradúan hoy, servirán en Vietnam. Espero que todos y cada uno de ellos vuelvan a casa, con nosotros, sanos y salvos. Estoy muy orgulloso de todos vosotros. Felicidades por vuestra graduación y mucha suerte en la vida".

Hubo una gran ovación y con estas ultimas palabras, tiramos nuestro sombrero al aire, gritámos y nos abrazamos¡¡
Ya estábamos graduados¡¡ 

Y para terminar faltaba la fiesta de graduación, fué sin duda una gran noche. Bailando, bebiendo "Pepsi-Cola"... Bueno mezclándolo. Mis amigos, mi primo y yo lo mezclamos sin que nadie nos viera con whisky. Ya que está prohibido beber alcohol. Vi a Sally de lejos bailando con chicos, quise acercarme a hablar con ella pero había bebido demasiado. Y por beber demasiado la profesora de historia nos pilló en plena acción eufórica y acabamos viendo la fiesta desde la calle.

En fin un gran día.





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