lunes, 22 de julio de 2013

Consecuencias.

22/07/1967

Vi a mis compañeros llegar a los barracones en un estado lamentable, daban pena. Nosotros que habíamos venido en el camión de transporte junto al Sargento los estábamos esperando. Hasta él se dio cuenta de que estas maniobras habían sido pésimas. Pero por otro lado ¿que esperaba? Quizás pensó que en estos 20 días que llevamos de entrenamiento básico íbamos a hacerlo todo perfecto. Se equivocó. Los 29 hombres que supuestamente fueron eliminados en esta maniobra volvían lentamente del poblado.

Muchos venían totalmente asfixiados y exhaustos, con torceduras de tobillos, heridas en los pies, moretones por todos los lados,  etc.

Eran cerca de las diez de la noche. Hacía una hora que el penúltimo compañero había regresado y el Sargento todavía no nos dejaba libres. Había que esperar al último, ese era Perkins. El estado en el que venía Perkins era indescriptible. Desgarrado por el dolor de rodillas se le unió una torcedura de tobillo en la cual no se podía ni quitar la bota. Al que no veía por ningún sitio era a Monrow. ¿Que habría sido de él?

¡A formar!   gritó el Sargento.  Los que habíamos venido en camión nos pusimos rápidamente en fila. Pero los otros compañeros, los que se habían pegado la paliza 5 km corriendo con todo el equipo no eran tan rápidos. Se oían murmullos y algunas quejas.

-Bien, ¡a callar todo el mundo!. No quiero escuchar ni el sonido del viento. En el día de hoy hemos realizado unas maniobras, simples y normales. Este es el pan de cada día en Vietnam. Con esto es con lo que os encontrareis allí. Mi misión es entrenaros, aleccionaros sobre lo que encontrareis en combate. Por eso las maniobras tienen que ser lo mas reales posibles, para que cuando estéis metidos en la selva sepáis reaccionar a las posibles adversidades-.

-Se que soy duro, no soy vuestro amigo, ni pretendo serlo. Tampoco soy vuestra madre. Muchos en estos momentos me odiaran. Pero dentro de unos meses os acordareis de mí. Y gracias a una lección que aprendisteis aquí os servirá allí. Y entonces os acordareis del cabrón del Sargento Galizia-.

-Estas maniobras han sido un desastre. De los 50 soldados que han salido con destino al poblado han sido eliminados 30. Estos 30 soldados han ido cayendo uno a uno en las trampas. Vuestro capitán Kenner lo ha hecho nefastamente mal. No ha tenido en cuenta la orografía del terreno donde se encontraba. No ha sabido motivaros para que estéis atentos y básica y fundamental no es un líder.  Del restante grupo de 25 han sobrevivido 19, entra dentro de lo normal. 

-Monrow está en la enfermería. Tiene el tabique nasal roto. Como mínimo tiene para 2 semanas. No se licenciará como todos el 4 de septiembre. Lo tendrá que hacer 2 semanas después-.

-Bien todo esto acarrea unas consecuencias. Lógicamente para los 29 soldados eliminados más uno más. Mclearn se une voluntariamente al club. Mañana estos 29 harán la cama a los otros 19 supervivientes. También limpiarán todo el barracón incluidas las letrinas. Como veis he sido benévolo y la sanción no será física, por esta vez-. 

¡Rompan filas!

El Sargento se había aprendido demasiado pronto mi nombre y eso no era bueno. Quería pasar inadvertido pero con los últimos hechos acaecidos eso ya parecía cosa del pasado. Algunos de mis compañeros que no estaban en mi grupo me preguntaban insistentemente la razón por la que me habían sancionado si yo era un superviviente. Yo les decía simplemente que el Sargento me había cogido manía. Aunque fue mi primo Cameron quien le dio el culatazo a Monrow en realidad yo tenía la culpa de lo sucedido. 







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