27/09/1967
Por fin, después de un viaje bastante angustioso, donde hemos hemos tenido que aguantar vomitos, diarreas, mareos... y donde solo se veía agua y más agua llegamos a Vietnam. Concretamente a la bahía de Qui Nhon, donde tenemos que realizar un desembarco parecido al de normandia. El clima es distinto al de Estados Unidos. Llevamos notando desde hace ya unos 6 días que hace más calor, debe ser por la humedad. Es un calor que aunque estés sentado sin hacer nada estás sudando. Es bastante molesto.
El Capitán Drew, nos reunió a todos y nos explicó que lo que haríamos en unos instantes. Básicamente se trata de desembarcar en lanchas anfibias en las playas de Qui Nhon. Somos unos 4500 soldados los que estamos aquí. Tras el desembarco nos repartiremos por las bases que hay. Yo sé que tengo que ir a Pleiku al Campamento Holloway. Bastantes soldados a los que fuimos preguntando durante estos quince días de travesía irán a Pleiku. Unos al Campamento Enari, otros irán a Da nang, otros se quedarán en Qui Nhon y Quan Trung.
Ahora mismo estoy viendo las costas de de Qui Nhon, realmente todos estamos asomados viendo este paisaje tan bonito de las playas. En cinco minutos tenemos que estar preparados para entrar en las lanchas anfibias que nos transportarán a la costa. Tenemos todo apunto, el equipo que pesa unos 40 kg va a ser un lastre bastante grande.
Empezamos a subir en las lanchas de forma ordenada. Si miro a las caras de mis compañeros veo risas, gestos de preocupación, caras de enfados, miradas que se pierden en el horizonte. Pero todos deseando empezar a trabajar.
De pronto el sonido de un avión irrumpe en el cielo despejado de Qui Nhon. No es uno solamente, son cuatro. Todos empezamos a gritar y a aplaudir. Esto nos produjo gran satisfacción. Parecía como si nos dieran la bienvenida.
Esto es a lo que yo llamo estar como unas sardinas en lata. Todos estamos apretados en estas lanchas, suerte que en 10 minutos habremos llegado. La lancha va disminuyendo su velocidad poco a poco, señal de que estamos apunto de llegar. De repente toca tierra, las compuertas se abren poco a poco dejando al descubierto esta inmensa playa desierta, a la cabeza el Sargento Jones y detrás de él un soldado portando la bandera de Estados Unidos. ¡Que emocionante!. Estoy tocando la arena de Vietnam, no me lo creo. Las lanchas van llegando a la playa.
Me quedé mirando a mi alrededor, era la primera vez en mi vida que veía una playa.Lo que son las cosas, para ver una playa me he tenido que ir a Vietnam. A lo lejos dejamos el USNS General Walker, el cual después de unos días volverá a casa a recoger a más compañeros.
Rápidamente nos dan instrucciones, tenemos que salir de la playa de inmediato. Unos autobuses nos esperan.
Ya estoy aquí, pero todavía no soy consciente de lo que me espera.
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