27/05/1967
Cada dos semanas tenemos barbacoa familiar, nos juntamos en casa de mi tío David y comemos carne a la brasa. Ayer tocaba, hacía un día espléndido,no había ni una nube. Mientras mi padre estaba haciendo las famosas hamburguesas de mi tía Bonny, mi primo se me acercó y me dijo:
-Bueno, ¿has pensado lo que vas hacer? ¿Hacer con qué, Cameron?
contesté yo. -¿Es que el otro día no estabas en el instituto cuando los reclutadores hablaban?
-Si que estuve, pero eso es una decisión que no se toma a la ligera, es una jodida guerra.
Cameron bebió un sorbo de cerveza mientras me miraba, en ese momento empezó a sonreír, -Vaya... parece que eres el único que no se entera de que va el asunto. ¿De que estás hablando? pregunté yo de forma un poco molesta.
-Me he enterado de que ahora hay servicio militar obligatorio de un año, por lo tanto tienes que ir obligatoriamente a Vietnam. Dentro de poco empezarán a mandar cartas de reclutamiento. Conozco a unos cuantos que les ha llegado y creéme, es tan cierto como que estamos los dos ahora mismo aquí.
No puede ser, dije yo negándolo con la cabeza, no me lo creo, hasta que no me llegue carta no me lo creeré.
Entonces mi primo dijo riéndose, vamos...¿acaso no quieres ir? yo estoy deseando, es nuestra oportunidad de salir de Ogden y hacer algo con nuestras vidas, aquí no tenemos futuro.
¿Le has dicho a tus padres que vas a ir a la universidad? yo dije que no con la cabeza, ¿entonces? es la excusa perfecta. Además casi hemos ganado la guerra y acabará pronto, con un poco de suerte volvemos antes de un año y luego ya veremos.
Mis padres habían hecho un gran esfuerzo para que yo fuera a la universidad, se habían privado de muchas cosas por mí, puede que mi primo tuviera razón con la excusa perfecta. Así mis padres no se tendrían que gastar tanto dinero en mí, sería un ahorro para ellos y encima estarían orgullosos de tener un hijo que ha ido a la Guerra de Vietnam.
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