31/12/1967
Sólo quedan horas para despedir 1967 y darle la bienvenida a este 1968. En este nuevo año viviremos nuevas experiencias y nuevas sensaciones. Atrás dejamos un año donde han habido demasiados cambios. Lejos de mejorar el conflicto en Vietnam, en 1968 será todavía peor. Pero eso..¿quien lo sabe? La historia hay que vivirla día a día.
Feliz Año 1968 amigos.
Vietnam 1967, la guerra está en su nivel más alto hasta la fecha. Esta es la historia de Travis Mclearn, uno de tantos chicos que vivieron y murieron en esta guerra.
lunes, 30 de diciembre de 2013
miércoles, 25 de diciembre de 2013
viernes, 20 de diciembre de 2013
viernes, 13 de diciembre de 2013
Zona de Charly.
13/11/1967
Estábamos en peligro, las últimas horas, han sido devastadoras. El Vietcong no quiere que nos quedemos con parte de su territorio. Este es un punto estratégico donde se puede controlar parte del Valle. Nuestra intención es de montar aquí una pequeña base pero la cosa va bastante lenta. La actividad militar en la zona es intensa y parece que el ejercito del Norte ha cogido la medida a los helicópteros. En menos de 2 semanas que llevamos aquí al menos han derribado 3 unidades. Estas unidades llevaban material para establecer bases así como alimentos y armamento.
Si hoy no nos abastecen rápido, mañana puede que no amanezcamos vivos. Nos hemos pasado la mayor parte del tiempo vigilando y haciendo trincheras. Moviendo sacos de arena de un lado a otro para protegernos. El clima ayuda poco. Cuando no llueve intensamente hace un calor húmedo que aunque no estés haciendo nada sudas como si estuvieras corriendo una maratón. Estamos cansados ya que el vietcong aprovecha la noche para intensificar los ataques.
Es ya tarde, aproximadamente las 11 pm. Como nos temíamos el apoyo logístico no vendrá hasta mañana temprano. En esta pequeña base nos encontramos 23 marines algo menos de la mitad novatos. Al mando un joven Sargento llamado Miller, de Nueva Jersey aunque no lo parece, se ha quitado los galones para no ser acribillado el primero ya que Charly dispara primero a los oficiales con galones. Apenas lleva aquí 4 meses. No tiene mucha experiencia ya que el mayor tiempo ha estado en administración en Pleiku.
No podemos ni queremos dormir, Charly está al acecho. Todos estamos metidos en las trincheras asustados, nerviosos, ansiosos... pero no todos están en ese estado por la llegada del Vietcong, si no porque se han fumado hasta el último gramo de hierba que les quedaba. Muchos son fumadores habituales, la hierba aquí es muy buena y bastante más barata, incluso a veces gratis.
Como nos temíamos el Vietcong está aquí, los primeros cuerpos saltan por los aires al ser presas fáciles de las minas enterradas en el suelo. Esto no les amilana, y lejos de retirarse comienza un intenso intercambio de fuego. Bonita noche para los fuegos artificiales, pero no, no estamos en el 4 de julio. Esto es una jodida guerra. Vacié 2 cargadores en menos de lo que canta un gallo. Charly viene con todo lo que tiene a por lo que es suyo. Aparecían por todos partes, poco a poco nos ganaban terreno. Miller se dio cuenta de que esto no marchaba como las últimas veces, eran más y mejor armados. Intentó llamar a Pleiku para pedir ayuda. Imposible el radio teléfono estaba fuera de servicio, a George Daring le habían volado la tapa de los sesos y la radio no funcionaba.
Ahora era el turno para los lanzagranadas del Charly, tan devastadores como efectivos. Destruyeron en menos de 10 minutos lo que nosotros habíamos construido. Dios mío ahora si que ha llegado nuestro final...Esto era un salvase quien pueda. Estar en la base no era factible, teníamos que huir o morir. Agazapado detrás de lo que antes era una trinchera, lancé mis últimas 3 granadas, dieran a lo que dieran. -¡No te quedes aquí, corre, corre¡ me dijo un moribundo Rojas. No sabía que hacer, tenía que ayudar a mis compañeros, pero era imposible acercarse. Vi correr a 3 de mis compañeros en dirección al bosque.
Esta era la mía tenía que salir corriendo o moriría aquí mismo. El sonido era ensordecedor, el cielo se iluminaba y se apagaba, corría y corría, de pronto un estruendo cayó cerca de mi, me levantó por los aires y caí al suelo......
Oh Dios mío, ¿es este mi fin?
Estábamos en peligro, las últimas horas, han sido devastadoras. El Vietcong no quiere que nos quedemos con parte de su territorio. Este es un punto estratégico donde se puede controlar parte del Valle. Nuestra intención es de montar aquí una pequeña base pero la cosa va bastante lenta. La actividad militar en la zona es intensa y parece que el ejercito del Norte ha cogido la medida a los helicópteros. En menos de 2 semanas que llevamos aquí al menos han derribado 3 unidades. Estas unidades llevaban material para establecer bases así como alimentos y armamento.
Si hoy no nos abastecen rápido, mañana puede que no amanezcamos vivos. Nos hemos pasado la mayor parte del tiempo vigilando y haciendo trincheras. Moviendo sacos de arena de un lado a otro para protegernos. El clima ayuda poco. Cuando no llueve intensamente hace un calor húmedo que aunque no estés haciendo nada sudas como si estuvieras corriendo una maratón. Estamos cansados ya que el vietcong aprovecha la noche para intensificar los ataques.
Es ya tarde, aproximadamente las 11 pm. Como nos temíamos el apoyo logístico no vendrá hasta mañana temprano. En esta pequeña base nos encontramos 23 marines algo menos de la mitad novatos. Al mando un joven Sargento llamado Miller, de Nueva Jersey aunque no lo parece, se ha quitado los galones para no ser acribillado el primero ya que Charly dispara primero a los oficiales con galones. Apenas lleva aquí 4 meses. No tiene mucha experiencia ya que el mayor tiempo ha estado en administración en Pleiku.
No podemos ni queremos dormir, Charly está al acecho. Todos estamos metidos en las trincheras asustados, nerviosos, ansiosos... pero no todos están en ese estado por la llegada del Vietcong, si no porque se han fumado hasta el último gramo de hierba que les quedaba. Muchos son fumadores habituales, la hierba aquí es muy buena y bastante más barata, incluso a veces gratis.
Como nos temíamos el Vietcong está aquí, los primeros cuerpos saltan por los aires al ser presas fáciles de las minas enterradas en el suelo. Esto no les amilana, y lejos de retirarse comienza un intenso intercambio de fuego. Bonita noche para los fuegos artificiales, pero no, no estamos en el 4 de julio. Esto es una jodida guerra. Vacié 2 cargadores en menos de lo que canta un gallo. Charly viene con todo lo que tiene a por lo que es suyo. Aparecían por todos partes, poco a poco nos ganaban terreno. Miller se dio cuenta de que esto no marchaba como las últimas veces, eran más y mejor armados. Intentó llamar a Pleiku para pedir ayuda. Imposible el radio teléfono estaba fuera de servicio, a George Daring le habían volado la tapa de los sesos y la radio no funcionaba.
Ahora era el turno para los lanzagranadas del Charly, tan devastadores como efectivos. Destruyeron en menos de 10 minutos lo que nosotros habíamos construido. Dios mío ahora si que ha llegado nuestro final...Esto era un salvase quien pueda. Estar en la base no era factible, teníamos que huir o morir. Agazapado detrás de lo que antes era una trinchera, lancé mis últimas 3 granadas, dieran a lo que dieran. -¡No te quedes aquí, corre, corre¡ me dijo un moribundo Rojas. No sabía que hacer, tenía que ayudar a mis compañeros, pero era imposible acercarse. Vi correr a 3 de mis compañeros en dirección al bosque.
Esta era la mía tenía que salir corriendo o moriría aquí mismo. El sonido era ensordecedor, el cielo se iluminaba y se apagaba, corría y corría, de pronto un estruendo cayó cerca de mi, me levantó por los aires y caí al suelo......
Oh Dios mío, ¿es este mi fin?
miércoles, 4 de diciembre de 2013
Valle de Le Drang.
04/12/1967
En los últimos días se ha detectado mucha actividad norvietnamita en el valle de le Drang. Un valle en el que hace 2 años ya hubo bastantes conflictos con el Vietcong. Pues parece ser que ahora podría volver a repetirse la historia. El conflicto en esta ocasión está en Ia Púch, a unos 30 km del valle. Allí un grupo de 9 marines, están intentando construir una especie de base para controlar parte del valle. Por desgracia el Vietcong no lo pondrá fácil, para ello ha empezado una guerrilla que puede ir a más.
Camino a La Drang, mi nerviosismo es máximo. De nuevo estamos en el aire, sin saber lo que ocurrirá. El artillero que está a mi derecha se muestra bastante exaltado ya que acaba de realizar un viaje por esa zona. El Vietcong está muy activo, lleva 3 semanas no cediendo ni un palmo de su territorio, dijo Max Trew un veterano de esta guerra que ahora hace funciones de artillero.
Estamos cerca de la zona del conflicto una columna de humo nos avisa de donde están nuestros compañeros. La cosa se pone fea, el momento de descender es cuando más peligro corremos. El helicóptero inicia el descenso. El vietcong no lo pone fácil. Trew empezó a disparar de manera insistente. Oía como los proyectiles impactaban sobre el helicóptero. En un momento determinado Trew es herido en el brazo, pierde el equilibrio y cae al vacío. Los 6 marines que estábamos dentro nos agachamos e intentamos disparar. No podía ver nada, no podía disparar a ningún objetivo.
Roimwer le gritó al piloto que descendiera de una jodida vez. Era muy fácil decirlo estábamos metidos en medio de una guerrilla y no era fácil manejar el helicóptero. Por fin descendió. Al salir busqué un sitio donde resguardarme, al mismo tiempo escuché una explosión tremenda. Era otro helicóptero, había sido alcanzado y se había estrellado con 7 marines abordo. ¡Dios mio que desastre!
De los 3 helicópteros que fuimos en ayuda de nuestros compañeros sólo quedábamos 2. No podíamos hacer nada por el helicóptero estrellado. Se me acumulaba el trabajo a mi y a mis compañeros. No podíamos apagar el fuego y protegernos a la vez. Tenía que estar pendiente de mí e intentar que no me mataran.
El vietcong al igual que nosotros estaban tumbados en el suelo. Se me ocurrió en un momento determinado tirar una granada. Nunca había tirado una, salvo en el entrenamiento básico. Tiré de la anilla y.... que sea lo que Dios quiera. Al hacer explosión vi trozos de partes del cuerpo que saltaban por los aires. Otra granada fue lanzada por uno de mis compañeros y volvió hacer diana. El intercambio de disparos era constante.
El teniente que tenía que estar al mando estaba muerto en aquel helicóptero envuelto en llamas. Nuestra única misión era sobrevivir. Al cabo de hora y media los disparos por parte del Vietcong empezaron a disminuir, señal de que se estaban retirando. Llegó el punto en el que fuego cesó. Tras unos interminables 15 minutos salimos a comprobar que no quedaba ningún Vietcong por la zona.
Todo estaba en calma. Tanto los cadáveres del Vietcong como de nuestros compañeros yacían en el suelo. 10 minutos después vinieron 2 helicópteros médicos con más refuerzos.
De los 9 marines que inicialmente estaban en la base sólo han sobrevivido 2 y de los 3 helicópteros que inicialmente se dirigieron hacia Ia Púch uno de ellos fue abatido con 7 marines abordo muertos incluido el Teniente Kuminger, aparte del artillero Trew que viajaba en el mismo helicóptero que yo. Las bajas vietnamitas fueron 17.
Esta vez habíamos ganado algo más de terreno a costa de 16 compañeros muertos, un precio muy alto incluso en esta guerra.
El Vietcong no dejará que nos quedemos aquí por mucho tiempo así que habrá que reforzar la zona, pero eso será mañana.
En los últimos días se ha detectado mucha actividad norvietnamita en el valle de le Drang. Un valle en el que hace 2 años ya hubo bastantes conflictos con el Vietcong. Pues parece ser que ahora podría volver a repetirse la historia. El conflicto en esta ocasión está en Ia Púch, a unos 30 km del valle. Allí un grupo de 9 marines, están intentando construir una especie de base para controlar parte del valle. Por desgracia el Vietcong no lo pondrá fácil, para ello ha empezado una guerrilla que puede ir a más.
Camino a La Drang, mi nerviosismo es máximo. De nuevo estamos en el aire, sin saber lo que ocurrirá. El artillero que está a mi derecha se muestra bastante exaltado ya que acaba de realizar un viaje por esa zona. El Vietcong está muy activo, lleva 3 semanas no cediendo ni un palmo de su territorio, dijo Max Trew un veterano de esta guerra que ahora hace funciones de artillero.
Estamos cerca de la zona del conflicto una columna de humo nos avisa de donde están nuestros compañeros. La cosa se pone fea, el momento de descender es cuando más peligro corremos. El helicóptero inicia el descenso. El vietcong no lo pone fácil. Trew empezó a disparar de manera insistente. Oía como los proyectiles impactaban sobre el helicóptero. En un momento determinado Trew es herido en el brazo, pierde el equilibrio y cae al vacío. Los 6 marines que estábamos dentro nos agachamos e intentamos disparar. No podía ver nada, no podía disparar a ningún objetivo.
Roimwer le gritó al piloto que descendiera de una jodida vez. Era muy fácil decirlo estábamos metidos en medio de una guerrilla y no era fácil manejar el helicóptero. Por fin descendió. Al salir busqué un sitio donde resguardarme, al mismo tiempo escuché una explosión tremenda. Era otro helicóptero, había sido alcanzado y se había estrellado con 7 marines abordo. ¡Dios mio que desastre!
De los 3 helicópteros que fuimos en ayuda de nuestros compañeros sólo quedábamos 2. No podíamos hacer nada por el helicóptero estrellado. Se me acumulaba el trabajo a mi y a mis compañeros. No podíamos apagar el fuego y protegernos a la vez. Tenía que estar pendiente de mí e intentar que no me mataran.
El vietcong al igual que nosotros estaban tumbados en el suelo. Se me ocurrió en un momento determinado tirar una granada. Nunca había tirado una, salvo en el entrenamiento básico. Tiré de la anilla y.... que sea lo que Dios quiera. Al hacer explosión vi trozos de partes del cuerpo que saltaban por los aires. Otra granada fue lanzada por uno de mis compañeros y volvió hacer diana. El intercambio de disparos era constante.
El teniente que tenía que estar al mando estaba muerto en aquel helicóptero envuelto en llamas. Nuestra única misión era sobrevivir. Al cabo de hora y media los disparos por parte del Vietcong empezaron a disminuir, señal de que se estaban retirando. Llegó el punto en el que fuego cesó. Tras unos interminables 15 minutos salimos a comprobar que no quedaba ningún Vietcong por la zona.
Todo estaba en calma. Tanto los cadáveres del Vietcong como de nuestros compañeros yacían en el suelo. 10 minutos después vinieron 2 helicópteros médicos con más refuerzos.
De los 9 marines que inicialmente estaban en la base sólo han sobrevivido 2 y de los 3 helicópteros que inicialmente se dirigieron hacia Ia Púch uno de ellos fue abatido con 7 marines abordo muertos incluido el Teniente Kuminger, aparte del artillero Trew que viajaba en el mismo helicóptero que yo. Las bajas vietnamitas fueron 17.
Esta vez habíamos ganado algo más de terreno a costa de 16 compañeros muertos, un precio muy alto incluso en esta guerra.
El Vietcong no dejará que nos quedemos aquí por mucho tiempo así que habrá que reforzar la zona, pero eso será mañana.
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